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Los pueblos más mágicos de Francia para disfrutar de la primavera

Los pueblos más mágicos de Francia para disfrutar de la primavera
Castelnaud-La-Chapelle.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Algunos pueblos de Francia combinan su encanto histórico con ubicaciones naturales impresionantes, lo que los convierte en destinos increíbles para disfrutar de la primavera. Además de su ubicación impresionante, muchos de estos pueblos albergan capillas, bastiones y abadías que servían como fortificaciones, protegiéndolos de potenciales invasores que buscaban arrebatarles su poder y belleza.

Muchos de ellos forman parte de la prestigiosa asociación «Los Pueblos más Bellos de Francia». Cada uno de estos destinos ofrece una experiencia única, combinando cultura, historia y paisajes impresionantes.

Éze

Éze, conocido como «la Roca» de la Riviera francesa, se erige majestuosamente a 427 metros sobre un promontorio de la Provenza, cerca de Niza. Esta posición elevada le confería un papel crucial como fortaleza natural, protegiendo a la aldea de los ataques tanto marítimos como terrestres. A diferencia de otras fortificaciones en Francia, que se centraban en defender los territorios interiores, Éze desafiaba los ataques provenientes del Mediterráneo al situarse en primera línea de costa.

La visita a Éze ofrece una experiencia gratificante, con sus calles escalonadas que brindan unas vistas panorámicas inolvidables. A lo largo del recorrido, se pueden descubrir encantadores rincones con un aire típicamente provenzal. Al llegar a la iglesia que corona el pueblo, se accede a una explanada que sirve como mirador, ofreciendo una visión privilegiada del entorno. En este punto, aún se pueden apreciar vestigios de la antigua bastilla original de Éze.

Castelnaud-La-Chapelle

Situado estratégicamente en la región histórica de Aquitania, el pueblo colgante de Castelnaud-la-Chapelle se alza en la confluencia de los ríos Dordoña y Céou. Esta imponente bastilla defensiva, en constante crecimiento sobre terrazas escalonadas, está dominada por dos imponentes castillos: la desafiante fortaleza medieval del siglo XIII y el elegante fortín de Milandes, de estilo más palaciego y ubicado en las afueras del pueblo.

Los orígenes de este conjunto datan del siglo XIII, cuando el poderoso señor de Castelnaud, seguidor de la fe cátara, mandó construir una fortificación que lamentablemente fue incendiada en 1214 durante las cruzadas albigenses. La historia tumultuosa del castillo se refleja en sus múltiples cambios de manos, pasando por diversas facciones hasta que finalmente quedó bajo el dominio del reino de Francia en 1442.

El Museo de la Guerra Medieval, ubicado en el interior de la bastilla, narra este turbulento pasado y exhibe una impresionante colección de armas, armaduras medievales y maquinaria bélica utilizada en los asedios. Castelnaud-la-Chapelle es también conocido como uno de «Los Pueblos más Bellos de Francia», destacando su belleza y valor histórico en la región.

La Roque-Gageac

La pintoresca localidad de La Roque-Gageac, ubicada en la región de Aquitania se encuentra alineada a los pies de un imponente roquedo. Este enclave, habitado desde tiempos prehistóricos, conserva vestigios de su rica historia, incluyendo restos de su fundación galo-romana, un antiguo pozo romano y una villa gótica.

Situado en un espacio estrecho entre el precipicio y las aguas del río Dordoña, La Roque-Gageac se eleva verticalmente, mostrando sus encantadoras casas de tejados rojizos construidas con la característica roca amarilla de la región. A lo largo del tiempo, el pueblo ha crecido escalando la pared rocosa que lo domina, creando una estampa memorable que cautiva a todos los visitantes.

Explorar este encantador pueblo revela sus tranquilas callejuelas, la imponente iglesia del siglo XIV que corona la localidad, así como un bastión tallado en la roca y plazoletas decoradas con flores y palmeras. Por esta razón, La Roque-Gageac es conocida cariñosamente como el «Jardín Tropical junto al Dordoña», gracias a su exuberante vegetación y su hermosa ubicación a orillas del río.

Saint-Cirq Lapopie

El asentamiento de Saint-Cirq Lapopie tiene sus raíces en la época galo-romana, aunque su verdadero auge y relevancia comenzaron en la Edad Media. Inicialmente, funcionaba como puerto para el transporte de madera en gabarras por el río Lot, y más tarde se convirtió en una parada crucial en la Ruta de Saint-Jacques en Francia. Ubicado en el departamento homónimo, en pleno corazón del Parque Natural des Causses du Quercy, este encantador pueblo se alza sobre un promontorio que se eleva desde las orillas del río Lot.

Hasta el siglo XX, la prosperidad de la región se sustentaba en sus bosques y en la construcción de viaductos sobre el río, lo que aún se refleja en la presencia de talleres que elaboran objetos de madera, como las barricas utilizadas en las bodegas locales. La pintoresca belleza de Saint-Cirq Lapopie ha atraído a numerosos artistas, cuyas obras se exhiben en las galerías de arte que han surgido en las últimas décadas.

Sus estrechas calles empedradas y las casas medievales adornadas con flores capturan la esencia encantadora de Saint-Cirq. Este pueblo, declarado Monumento Histórico y destacado en la lista de los «Pueblos más Bellos de Francia», sigue cautivando a quienes lo visitan con su atmósfera única y su rica historia.

Estos son los pueblos más bonitos de Francia según «Viajes National Geographic», ideales para viajar en primavera.

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